
Fayer. Cocina fusión israelí argentina.
Fayer, cuyo nombre en lenguaje yiddish significa fuego, es un restaurante del tipo de oferta que se conoce como cocina fusión.
Aquí se ofrece una combinación entre la cocina israelí y la parrilla argentina. Una combinación que resulta habitual en el país de origen de la casa madre: Argentina – de donde proceden además de los propietarios, su jefe de cocina-, pero que aquí, en nuestros lares resulta, como mínimo, novedoso.
Abrió sus puertas en el mes de Marzo, y como consecuencia de la evolución de la dichosa pandemia y al igual que le ocurriera a otros muchos establecimientos, se vio obligado a interrumpir su actividad.
Una vez aliviadas las medidas de confinamiento y cierre de los establecimientos hosteleros, han retomado su actividad y redoblado esfuerzos para tratar de asentar en la capital esa novedosa oferta gastronómica, que, por los resultados que se aprecian – atendiendo a la afluencia de clientela y las opiniones que se leen en las redes sociales -, parece que van encontrando su espacio en el panorama gastronómico capitalino.
Cocina a la vista, espacio a dos alturas, decoración cálida, espaciosa y de corte minimalista, junto con un servicio de sala, atenta, cordial, que con amabilidad explica y resuelve las dudas que a los profanos en cocina israelí les suscitan las propuestas ofrecidas, digo yo, que todos esos elementos – naturalmente junto con las propuestas propiamente dichas- tendrán algo que ver en la aceptación que hasta ahora están recibiendo.
Una carta breve y sencilla, donde predomina – haciendo honor al nombre- el fuego, que se representa en dos vertientes: el humo y la brasa. Una carta que se presenta distribuida en cinco apartados: los Mezze (entrantes), Tannur (horno), Parrilla, Guarniciones y Postres. Y aún reservan un apartado específico para su preparación de referencia: el Pastrón con hueso: Un costillar de novillo alimentado a pastura, y macerado durante diez días en una mezcla de trece especias y después ahumado en frío durante 8 horas y como remate asado a baja temperatura durante un día. Plato que vimos servir en una mesa cercana y que tenía tan buena pinta que será objeto de próximas visitas.
A modo de aperitivo, la visita comienza con un sabroso Bagel de Jerusalén acompañado con salsa labneh con zaatar y un chorrito de aove.
En el apartado de los Mezze, donde no faltan los hummus clásicos o de remolacha, o el tabouleh– entre otros-, para esta visita nos hemos decantado por tres de sus propuestas, a cual más interesante:
- Falafel con salsas labneh (salsa a base de yogurt y queso) y tahina (salsa a base de sésamo)
- Babaganoush. Puré de berenjena ahumada con almendras, zumaque y granadas, que aquí bordan. Lo hemos comido en diferentes lugares, siendo éste el mejor con diferencia.
- Pez limón ahumado con granadas, verduras encurtidas (hinojo, remolacha, ..), salsa labneh y un toque ras al hanout.
En el apartado de Tannur (horno) no podía faltar la Empanada de pastrón que aquí sirven acompañada de una salsa de mostaza antigua con pepinillo picado y miel para contrarrestar su fuerza.
Como plato principal nos hemos decantado por un corte tradicional argentino: la Entraña acompañada de un excelente chimichurri especiado, perfecto de punto y sabor al que el chimichurri le va como anillo al dedo. Y como guarnición una buenísima Berenjena a la brasa, con salsa tahina, almendra en polvo, cebolla morada, pimentón, sumac chiles encurtidos y aove.
En el capitulo de postres – aconsejable dejar sitio-, como solo había espacio para uno, – su panqueque de dulce de leche queda pendiente para futuras visitas-, hemos finalizado con la Baklawa de almendra, pistacho y nueces con salsa diplomática: vainilla, pimienta de Jamaica y decorado con pistachos, un postre con un dulzor razonable que supone un buen cierre de experiencia gastronómica.
En definitiva, una buena experiencia gastronómica, distinta, diferente, novedosa en la capital, que promete buenos momentos de disfrute.
Calle de Orfila, 7 (Madrid)
Tlf: 91 005 32 90
Precio medio, en torno a 40 – 45 €/pax