
El Molino de Alcuneza. Otra estrella Michelin para Sigüenza.
El Molino de Alcuneza es un restaurante ubicado en el interior del hotel del mismo nombre – asociado a la red Relais & Chateaux -, y ubicado en Alcuneza, una pedanía perteneciente al municipio de Sigüenza en la provincia de Guadalajara.
El origen del hotel, que con el tiempo ampliaría al público en general su restaurante, se remonta al año 1992, cuando los padres de los actuales gestores originarios de la muy cercana e histórica población medieval de Sigüenza – apenas cinco minutos en coche-, adquirieron una finca rural que incluía una casona de piedra y en su interior un molino harinero del siglo XV.
Con los años, 1996, la que iba a ser residencia familiar se transforma en un hotel rural – uno de los primeros hoteles de esa clase en la comunidad de Castilla la Mancha -, con servicio de restaurante gastronómico exclusivo para los clientes del mismo.
El siguiente hito, 2014, se incorpora a la prestigiosa guía Relais & Chateaux, con todos los compromisos y exigencias que la pertenencia a la citada guía conlleva.
Su crecimiento como hotel de calidad y su oferta de restaurante gastronómico, les lleva a abrir en el 2016 el restaurante al público en general, con lo cual, la posibilidad de que su propuesta culinaria sea conocida y disfrutada por una mayor cantidad de clientela, se ha multiplicado enormemente.
Y es que al atractivo que ya de por si aporta la zona donde está ubicado – comarca con abundante riqueza histórica, llena de pueblos que mantienen sus orígenes medievales; zona en la que predomina el silencio, dada su baja demografía y que tal vez por esa causa y dicho cariñosamente es una zona que es conocida como la Laponia o la Siberia del sur, pero que es capaz de transmitir una gran belleza -, y al atractivo que ofrece el hotel en cuyo interior se encuentra ubicado – remanso de paz, jardín, piscina, spa, posibilidad de realizar múltiples actividades por la zona-, ahora se une la posibilidad de conocer y disfrutar de una cocina con muy buen nivel.
Instalado en uno de los edificios que componen el conjunto, en el mismo donde se ubica la recepción, la cocina, el salón con chimenea donde en invierno seguro que se estará muy a gusto, algunas habitaciones, el molino de piedra del siglo XV – todavía en funcionamiento- y el comedor, rodeado de una cristalera que ademas de aportar luminosidad, permite ver el otro edificio – donde se encuentran más habitaciones y el spa -, el jardín y la piscina. Comedor que sigue la tónica de los hoteles rurales, sencillez y comodidad, unido a un servicio de sala cálido, cercano y amable.
Al frente de todo el conjunto se encuentran los hermanos Moreno. Blanca – que se ocupa de la gestión, la organización y la sumilleria- y Samuel – chef del restaurante y del hotel-, con formación en la Escuela de Hostelería de Teruel y prácticas en lugares como La Broche, El Celler de Can Roca o Can Bosc y sin olvidar su especialización en panadería y repostería junto a Jordi Butrón, fundador de EspaiSucre, y Xavier Barriga, director de los hornos Turris.
La oferta gastronómica que presentan sigue una máxima expresada por su chef: “Mi cocina es más clásica que vanguardista, empleo materia autóctona y trabajo con empresas de la zona que sirven directamente el producto sin transporte ni envasado para mantener su frescura”.
Es una cocina estacional, de proximidad, con raíces en la cocina tradicional, se trata de una cocina que defiende la cocina de la tierra, Castilla, pero que busca actualizarla, disminuyendo su potencia pero manteniendo los sabores que le son propios, aportando toques creativos. Una cocina que les ha supuesto la obtención de la codiciada estrella Michelin.
Otro muy importante apartado de sus propuestas es el pan. Difícil es encontrar una propuesta tan variada y de tanta calidad como en este lugar. Aquí tienen su propio molino y su propia panadería, lo cual les permite preparar panes artesanos con levadura madre y harinas ecológicas, muy variados, que hacen muy difícil la elección cuando te ofrecen el surtido que cada día preparan.
Su oferta se ofrece en formato de carta, breve por cierto, apenas cuatro o cinco propuestas para cada apartado: primeros, principales y postres, y dos menús, el denominado Disfrutar, con cinco entrantes, tres platos y dos postres a un precio de 55€ y el denominado Celebrar, con cinco entrantes, seis platos y dos postres, a un precio de 75€. Importante resaltar que a pesar de indicar que los menús se sirven a mesa completa, en nuestro caso, hemos podido introducir cambios en los postres.
Para esta visita nos hemos decantado por el menú Celebrar, que el día de nuestra visita y junto con un Finca Rio Negro, vino alcarreño elaborado con uva gewurztraminer, tenía el siguiente contenido:
Entrantes, servidos al mismo tiempo y con recomendación acerca del orden en que deben ser degustados:
- Una sabrosa bola de Queso manchego trufado; un Oreo de olivas negras y anchoa; un gustoso Donut con tartar de trucha, soja y lima; una curiosa Chocolatina de foie y kikos y un potente Sandwich de morteruelo.
Platos principales.
- Puerros del cocido: Sobre una base de manitas y oreja de cerdo a la plancha y humus de garbanzo, jamón frito, puerro confitado y caldo de cocido. Muy buen plato, hay potencia y hay sabor; buena presencia, deja un muy buen sabor de boca.
- Cocochas de bacalao a la romana con patatas a la importancia cocinadas en caldo de bacalao. Posiblemente el plato que más ha gustado. El caldo de bacalao con el que cocinan las patatas a la importancia le dan un punto de sabor que no habíamos probado hasta ahora y que nos parece muy interesante. Se sale de la receta clásica y aporta creatividad.
- Trucha laqueada con salsa Hoisin, con un toque de mayonesa cítrica con ajo negro, con sardina ahumada, con sus huevas y hoja de shiso en tempura. Guiño a los productos de la zona, con toques más internacionales.
- Merluza en su punto con gamba roja, migas y sopa de ajo negro. Plato que combina un buen producto con una buena mezcla de sabores que producen un resultado final muy agradable.
- Judías pintas en crema, liebre a la royale y lombarda encurtida con piparras. Plato muy potente, con sabores muy marcados, quizás excesivamente marcados.
- Costilla Black Angus con berenjena en barbacoa de miel y aromáticas de Guadalajara. Carne correcta al que la berenjena le da un buen contrapunto.
Y en el capítulo de Postres.
- Infusión de frutos rojos con helado de té negro y espuma de azahar. Refrescante, limpia muy bien el paladar y te prepara para postres más consistentes.
- Cremoso de chocolate con praliné de pipas y helado de pan frito. Postre goloso y apto para los amantes del chocolate. Incluso los no adictos, lo encontraran equilibrado.
- Patito de goma ( helado de mandarina) con helado de pan de especias. Postre de sustitución para uno de los comensales. Postre no incluido en el menu, pero por lo mucho leído y visto en las redes no podíamos dejar de probar. No ha defraudado.
Con nuestros café con hielo, manzanilla y petits fours terminamos esta visita, que ademas de permitirnos disfrutar de un espacio de paz y tranquilidad y de poder respirar un aire mucho más limpio que el que habitualmente respiramos, también nos ha permitido disfrutar con una cocina que aunque mantiene su raíz tradicional, intenta, con toques de creatividad, actualizarla y acercarla a los gustos actuales.
Carretera GU 128 Km 0,5 Alcuneza (Sigüenza)
Tlf: 949 39 15 01
Precio medio, en torno a 60 – 65 €/pax (Basado en el menú Disfrutar)