
La Guisandera de Piñera. Cocina asturiana actualizada de calidad.
La Guisandera de Piñera es un restaurante que ofrece una cocina asturiana de corte tradicional aunque actualizada, plena de esos sabores que tanto gustan a los disfrutones de la cocina tradicional con fundamento.
Pero La Guisandera de Piñera no es un restaurante de nueva implantación, ni mucho menos. Se trata de la nueva apuesta de un restaurante de larga implantación en la capital: Piñera.
Un restaurante que abrió sus puertas hace ya más de 10 años – y que debía su nombre a la población de origen de los hermanos Marrón, propietarios del restaurante-, y que en diferentes momentos ocupó un lugar destacado en la oferta gastronómica de la capital.
A lo largo de su trayectoria, y por su cocinas y sala, pasaron importantes figuras de la restauración. Figuras destacadas como Benjamin Urdiain – primer chef español que consiguió las tres estrellas de la guía Michelin, en el restaurante Zalacain-, o Javier Aranda – actualmente en Gaytán, donde posee una estrella Michelin-, o Jesús Almagro, o el más reciente Carlos Posadas, sin olvidarnos de la importancia del servicio de sala, por donde desfilaron personajes tan conocidos como Jorge Dávila, Mario Garcia Galán u Oscar Marcos.
Cada uno de ellos protagonizó diferentes épocas que con mejor o peor resultado, forman parte de la historia de Piñera y de la oferta gastronómica de la capital.
Pero los tiempos cambian y a veces es necesario cambiar radicalmente el rumbo para que todo vuelva a fluir y volver a ocupar el lugar que por tradición e historia le corresponde.
Y ese cambio de orientación se ha producido. Se trata de un cambio profundo que comienza con el cambio de nombre del restaurante, que ya es toda una declaración de intenciones acerca del contenido gastronómico en esta nueva etapa.
El local pasa de llamarse Piñera a llamarse La Guisandera de Piñera. Todo un canto a la cocina tradicional asturiana; una cocina donde las guisanderas son consideradas como las guardianas de las recetas, esas recetas de cocina popular, de guiso lento, plenas de sabor, esa cocina que tiene tantísimos adeptos.
Para llevar a buen puerto este cambio radical en la oferta gastronómica, se cuenta, por un lado, con un servicio de sala con notable experiencia, atento, cordial y amable, y por otro lado, con un reputado cocinero asturiano: Pedro Martino – que obtuviera una estrella Michelin en Asturias -, que asesora en cocina y que muestra en sus propuestas una actualización de la cocina tradicional asturiana, acercando la cocina de las guisanderas a los gustos actuales sin que ésta pierda un ápice de su calidad y de sus sabores inconfundibles.
Por su carta- y por nuestras comandas, para nuestro deleite y fieles a nuestro afán por disfrutar con una buena comida-, desfilan unas espléndidas Croquetas de picadillo, que siguen fielmente la sabrosa receta asturiana; un muy buen Salpicon de pixin y bogavante en el que la salsa se hace con una emulsión elaborada a partir del coral del bicho; la Ensaladilla “La Guisandera” con arbeyos y piparras. Muy suave y cremosa, y que participará en la próxima edición del certamen San Sebastián Gastronomika, donde competirá en el concurso de la mejor ensaladilla de España; o una excelsa Cebolla caramelizada con su propio jugo, rellena de bonito y coronada con un guiso de verduras asadas. Sencillamente deliciosa.
Muy destacable su oferta de platos de cuchara, donde además de su Arroz con Pitu– uno de los emblemáticos platos del Principado-, se ofrecen otras exquisiteces, como su Fabada – muy muy buena- que la sitúa entre las mejores fabadas que se pueden degustar en la capital; unas Verdinas con pantruque – preparación difícil de encontrar fuera del Principado y que entronca con la clásica cocina popular-; un guiso de Pulpo con patatinas, con una base de patata frita que se mezcla con el sabor de un guiso de verduras y que junto con el pulpo cocido y un toque de pimentón forman un plato muy bueno y muy apto para el tiempo actual. Y no podía faltar el Pixin, naturalmente. Aquí lo hemos disfrutado con unos langostinos, hermosos y bien limpios. Un plato jugoso y con mucho sabor.
El capítulo de postres, ofrece la clásica oferta asturiana, donde destacan un cremoso Arroz con leche con su azúcar requemado, pero que no resulta demasiado dulzón – lo cual se agradece-; ó una más que correcta Leche frita a la naranja con helado de canela.
Es el problema que tiene, en general, la cocina asturiana, te llenas de primeros y principales – que aquí sirven de manera abundante, y llegas a la altura de los postres ya casi sin espacio en tu estómago.
En resumen, La Guisandera de Piñera representa una más que buena oferta de cocina asturiana en la capital, que aunque tiene algunos otros buenos representantes, viene con ganas de ocupar un espacio entre los más destacados.
En nuestra opinión, tiene suficientes argumentos, tanto por cocina, como por instalaciones o por servicio de sala, para conseguir el éxito que busca y que tiene a su mano alcanzar. El nivel de calidad que ofrece, le debe conducir a ser un restaurante de referencia para los muchos amantes de la cocina asturiana.
Calle de Rosario Pino, 12 Madrid
Tlf: 91 425 14 25
Precio medio, en torno a 40 – 45 €