La Curiosidad de Mauro Barreiro. Cocina creativa en Cádiz
Visitado el 8 de julio de 2017
La Curiosidad de Mauro Barreiro es un restaurante instalado desde finales del 2016 en el histórico barrio del Mentidero en la ciudad de Cádiz.
Pero su origen es bastante anterior. La ubicación que ahora ocupa es producto del traslado del mismo, desde la cercana población de Puerto Real, donde cosechara su reconocimiento como Bib Gourmand por la Guía Roja.
Al frente del mismo y dando nombre al local, un joven cocinero gaditano, con amplio recorrido en los fogones y bien conocido en el sector: Mauro Barreiro. Aun se recuerda que durante su tiempo como jefe de cocina, Skina (Marbella) obtuvo la estrella Michelín que aún conserva.
El que escribe, aun recuerda su paso, allá por junio del 2015, en las jornadas dedicadas al atún organizadas por el restaurante Surtopia. Allí tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano al cocinero y su cocina.
El local que ahora ocupa, haciendo esquina a las calles Veedor y Vea de Murguía, está distribuido en dos espacios bien diferenciados. A la entrada, una barra larga que permite ver la cocina, y donde se pueden tomar tapas y medias raciones y después de un corto pasillo, se accede al comedor, no muy amplio, con paredes desnudas y con un serio problema de acústica. Si tienes la desgracia de coincidir – como fue nuestro caso-, con un grupo numeroso, el ruido se hace, más que incómodo, insoportable.
La propuesta culinaria de La Curiosidad de Mauro Barreiro, respetando el producto y la tradición, ofrece creatividad e imaginación en sus platos. Busca transmitir emociones, en base a una cocina de vanguardia, innovadora y que provoque sensaciones en el paladar del comensal. Todo ello queda plasmado en una de las frases que repiten hasta la saciedad: “Tatuando paladares”.
Para conseguirlo, ofrecen un menú degustación, además de carta, que permite conocer más ampliamente la cocina del lugar. Esta fue nuestra elección.
En el capitulo líquido, presenta una carta de vinos cuidada con referencias muy interesantes y apetecibles, pero como hemos de “tatuarnos el paladar”, dejamos que nos recomienden una referencia que encaje con el menú de degustación. Y la elección recae en El Mirlo Blanco, un vino blanco sevillano, ecológico, de uva viognier – elegido como el mejor vino de la provincia de Sevilla en 2016 -, con crianza sobre lías, con buenos aromas a fruta y un paladar muy fresco. Todo un descubrimiento.
Y pasamos al menú degustación, que en el día de la visita estaba constituido por:
– Aperitivo 1: Brandada de cazón en adobo con un toque de manzanilla y de pan crujiente. Buen comienzo, suavidad que contrasta con el toque del vino y el punto crujiente del pan.
– Aperitivo 2: Bombón de higado de pichón con un toque de palo cortado, crema de cacahuete y cebolla. Sobre una cucharilla para tomar de un solo bocado y dejar que la boca se llene de matices.
– Canelón de atún rojo de almadraba, toque de espirulina, mahonesa, cebolla y terminado con un gazpacho de jalapeño. Espléndido, antes y después del gazpacho. Plato muy equilibrado.
– Langostino sanluqueño acebichado con leche de tigre, algas de la bahía, mahonesa de kimchi, huevas de pez volador, cebolla encurtida y terminado con gazpachuelo. Una versión del ceviche a estilo de la bahía. ¡Vaya langostino! Interesante la mezcla del gazpachuelo con la leche de tigre.
– Huevo de corral a baja temperatura con emulsión de queso payoyo, en la base un guiso de ibérico con vino oloroso. Uno de los platos más reconocidos, intensos sabores en boca, como para repetir plato.
– Rape confitado a baja temperatura, patata, con un toque de furikake, crema de tamarindo, cebolla y palo cortado y terminado con una salsa roteña con chiplote. Buen punto del rape, buen acompañamiento con la salsa roteña que gana enteros cuando se mezcla con el cordón de la crema de tamarindo que la rodea.
– Pluma ibérica con crema de calabaza de cítricos, toque de mojo coreano, toques de membrillo, queso pajarerete, alboronia con un toque de mango, cebolla, calabacín, y alrededor un círculo de jugo de carne. No es mal plato, aunque ha sido el que menos ha destacado.
– Chocolate-cacahuete-leche. Espuma de leche, café, cacao, avellana, dulce de leche y cremoso de cacahuete. Es una combinación que intenta evocar a la Nutella, y en cierto modo la recuerda. Postre más adecuado para los amantes de estos sabores. Es un postre correcto, que no malo, pero no encaja con mis gustos.
Cafés con hielo y los petit fours,
suponen el cierre de la visita, en su local, a la cocina de este joven cocinero, al que constatamos que sigue en su línea de innovación, creatividad, de búsqueda de nuevos sabores que transmitan al comensal la sensación de estar asistiendo a una cocina diferente. Si tienes un paladar curioso este es tu sitio.
La Curiosidad de Mauro Barreiro
C/ Veedor, 10, Cádiz
Tlf: 956 99 22 88
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Resumen
La Curiosidad de Mauro Barreiro es el retorno a Cádiz de un cocinero caracterizado por ofrecer una cocina creativa. Si tiene un paladar curioso, es su sitio. Merece la pena.